domingo, 17 de noviembre de 2013

Aún queda aire suficiente para atar cabos

La sensación, triste, que uno tiene sobre la política que gestiona el sector pesquero es simple: Una política ineficiente incapaz de gobernar las necesidades que la pesca reclama.

Los modelos de gestión del sector pesquero, a consecuencias de leyes inútiles, han ido a conseguir el máximo de capturas sin acercarse a su máximo beneficio. Alguien puede pensar que el culpable de todo esto es aquel que pesca, es decir, el pescador. Pero esto queda muy lejos de la realidad.

Sin quitar parte de culpa a quién la tiene no podemos “cargar la culpa” a quien jamás se tuvo en cuenta a la hora de elaborar la Política Pesquera que gestiona el sector (Y ASÍ NOS HA IDO). Rechazar la opinión de los protagonistas verdaderos del mar es como querer gestionar un país sin tener en cuenta a sus ciudadanos (ASÍ NOS VA).

El modelo de gestión que mantiene el sector pesquero ha ido encaminado a destruir nuestros recursos pesqueros, beneficiando a aquellos buques que más daño hacen sobre el fondo y perjudicando a aquellos que apuestan por una pesca sostenible y responsable. La pesca tradicional se ha deteriorado hasta el punto de encontrar su única “salvación” en el desguace.

Esta Política, digna de un museo y no de una Comunidad que mira hacia su progreso, parece que no va a cambiar pero si alguna esperanza hay, en el sector artesanal y tradicional de la pesca, son las cofradías.  Es hora de desarrollar un Plan Estratégico basado en seis puntos que, en mi opinión, marcan el camino de la sostenibilidad económica, social y ambiental de la pesca:
  •         Emprender nuevas estrategias comerciales que estimulen el consumo responsable de pescado y den flexibilidad a la distribución de las capturas.
  •          Crear Áreas Marinas cogestionadas por pescadores, donde sus decisiones formen parte de la política activa del sector.
  •        Desarrollar un modelo de gestión que no solo centre su esfuerzo en los ingresos de las capturas. El turismo marinero está demostrando ser un activo atractivo y rentable en aquellas cofradías que lo han puesto en marcha.
  •          La cultura marinera, año tras año, pierde importancia. Recuperar esta cultura milenaria es el principio para sensibilizar a una sociedad que apenas sabe nada de la pesca.
  •       Establecer sinergias con mayoristas y minoristas donde los beneficios se distribuyan de manera equitativa entre pescadores, recursos marinos y consumidores de pescado.
  •           Crear una  Ley basada en “criterios de sostenibilidad” donde se premie el uso de artes selectivos y se penalice la destrucción de la biodiversidad marina. Hasta ahora se penaliza a los primeros y se premia a los segundos (ASÍ NOS VA).
Quizás me equivoque pero en estos seis puntos hay años de lucha, trabajo y esperanza para un sector, que a pesar de estar herido, no está hundido. Dejar ver que el corazón del sector sigue latiendo es la única forma de demostrar que los pescadores no se han quedado de piedra. Aún queda aire suficiente para atar cabos.

                                      



lunes, 11 de noviembre de 2013

Ni un pez por la borda

Información extraída de www.niunpezporlaborda.org

Los pescadores se ven obligados a arrojar por la borda, en ocasiones, hasta más de la mitad del pescado que capturan. Este pescado es susceptible de ser consumido y se derrocha por causa de las absurdas leyes de cuotas que impone la Unión Europea. 

Las razones de descartar pescado son varias, pero, entre éstas, está la normativa de la UE que señala cuántas piezas de cada especie se pueden capturar. Cuando esta cuota se agota, los pescadores deben deshacerse de las capturas en la mar. 

En otras ocasiones, los descartes se deben a que los animales capturados no han alcanzado la talla de madurez mínima que la normativa exige. También puede ser porque se emplean métodos de pesca no selectivos, así pues las especies no objetivo o no comerciales capturadas se devuelven al mar, muertas o con muy pocas posibilidades de sobrevivir. 


domingo, 3 de noviembre de 2013

Está todo por hacer (también en el sector pesquero)



Tener un blog muchas veces pone de manifiesto la indignación de uno mismo. Después de cuatro años de carrera y conociendo las dificultades que supone montar una empresa (vean la Red Social) y las barreras internas y externas que atraviesan jóvenes que empiezan en un garaje (vean Jobs) dudo mucho que de mis deficiencias, de las de todos, siempre tengan la culpa otros.

Se preguntarán que tiene que ver esto con la pesca y aunque no lo crean tiene que ver mucho. A la pesca se le ha olvidado ser joven, se le ha olvidado que todo está por hacer, como diría el gran Pau García-Milà. Algunos miembros del sector han perdido un tiempo maravilloso en repartir culpas entre conocidos y extraños sin aceptar, en alguna ocasión,  que ellos también son culpables. Estoy cansado, creo que no soy el único, de escuchar frases como “No me dejan pescar”, “Que mal está la cosa” e incluso “Yo hago todo lo posible”.  Mentira. Hacer lo posible no es suficiente. Ahora habrá alguno que dirá “no te has embarcado en la vida” y lleva razón pero supongo que me bastan los ejemplos del que y no hay que hacer de todo una historia empresarial que, a pesar de mil pesares, hemos sufrido también los que no nos hemos embarcado.

Que no hay que hacer:


  1. Llorar tanto, llorar no sirve de nada.
  2. Hacer trampas al solitario.
  3. Hacer siempre lo mismo, el mundo y la pesca cambian.
  4. Vender las penas de unos de los oficios más antiguos del mundo  (cada cual tiene la suya).
  5. Decir que ya está todo hecho cuando todo está por hacer.
  6. Vivir de una subvención, crear por una subvención y destruir por una subvención.
  7. Rechazar opiniones de quién no se ha embarcado nunca.
  8. Eres empresario, te  recuerdo que si tu empresa va mal la primera culpa es tuya, la segunda ya veremos.

Que hay que hacer:


  1. Aprovechar las oportunidades que da el siglo XXI. Vender On line cuesta casi nada y ya somos 30 millones de internautas en España (optimizar los ingresos/reducir costes).
  2. Ser sostenibles de verdad. Existen etiquetas y medios de argumentar lo que dices.
  3. Esta todo por hacer, hagámoslo.
  4. No decirle a quién tiene una carrera que no entiende nada del mundo de los negocios (hay que dejar de ser un poco menos “cerrado”).
  5. Vender las ventajas del mejor producto del mundo.
  6. Rejuvenecer los cabildos…por suerte muchos lo están haciendo.
  7. No excusarse de mis deficiencias, afrontarlas y corregirla. Nadie es perfecto.
  8. Emprender un sistema desde abajo hacia arriba, no desde arriba pasando por arriba y siguiendo solo arriba (es el actual).

En los dos grupos se pueden añadir mil cosas y aunque aparezcan en esta entrada, dichos argumentos los escribió un genio del diseño hace una década (si he copiado y qué). Es necesario, a veces, utilizar palabras de otros para demostrar que todos los sectores han pasado su crisis  y que hoy, a pesar de mil pesares, siguen en pie.

 Muchos estarán pensando que esto no es correcto ni justo. Justo seguro que no porque muchos pescadores, armadores, cofradías y en general gente del mar hacen todo lo que está a su alcance para mantener a flote el barco (que no su barco). Otros, sin embargo, hacen todo lo contrario, disparar a diestro y siniestro contra todo el mundo por el simple hecho de tener una pistola.

Correcto no sé si será. Que lo juzgue el tiempo. Pero estoy seguro que el sector cambiará, de que llegarán mil ideas jóvenes (sean o no de jóvenes) capaces de desarrollar una evolución responsable y de emprender nuevas alternativas a lo tradicional. Decía Steve Jobs “"Mi trabajo no es caer bien a la gente. Mi trabajo es hacerles mejores" y quizás es eso lo que nos falte, dejar a un lado las buenas palabras, el “Yo hago todo lo que puedo” y hacerlo de verdad.


Como digo puede que no sea lo más justo ni correcto pero por culpa de tener oídos a veces uno escribe y por ahora prometo no comprar una pistola…me sobra la palabra.